Dia 34
DÍA 34: CÓMO ESTABLECER UNA META DE FE
“no lo he logrado, pero me concentro únicamente en esto: olvido el pasado y fijo la mirada en lo que tengo por delante, y así avanzo hasta llegar al final de la carrera para recibir el premio celestial al cual Dios nos llama por medio de Cristo Jesús.” Filipenses 3:13-14 (NTV)
Tú ejercitas la fe estableciendo metas. Las metas son declaraciones de fe con las que dices: “Creo que Dios quiere que logre algo en una fecha determinada”. Si no tienes una fecha, no es una meta, es solo un deseo, un sueño. Los deseos son como una moneda de diez centavos por docena. Lo único que cambiará tu vida es establecer una meta. ¡Tienes que despertarte del sueño e ir a trabajar!
Una meta de “FE” tiene cinco características:
Enfocado: Eso significa que es específico. Si usa las palabras “más” o “menos”, no es un objetivo enfocado. “Quiero ser más como Jesús” o “Quiero pesar menos” no son metas porque no puedes medirlas. Un objetivo debe ser específico. Por ejemplo, “Tendré un tiempo de silencio durante cinco minutos todos los días durante el próximo mes” o “Perderé diez libras en treinta días, esos son los objetivos de la FE”.
Alcanzable: Debe ser posible y práctico. Si estableces un objetivo poco realista, solo será un desalentó. Si dices: “Voy a orar tres horas al día”, te estás preparando para el fracaso. Establece una meta que te extienda sin romperte, y luego confía en Dios para que te ayude a estirarte.
Individual: Eso significa que es personal. No puedes establecer metas para las otras personas, porque no puedes controlarlas. Sólo puedes establecer metas para ti mismo.
Se puede medir: los objetivos rastreables se pueden medir y verificar. Tu objetivo necesita una fecha límite. Sin una fecha, no es un objetivo.
Sentido del Corazón: Nunca alcanzarás una meta sin pasión. Si no tiene un deseo profundo de hacerlo, no lo establezca.
Preguntas de reflexión:
¿QUÉ ESCUCHASTE?
¿Qué te dijo Dios al leer las Escrituras y la devoción de hoy?
¿QUÉ PIENSAS?
¿Cómo se aplica a tu vida?
¿QUÉ HARÁS?
No solo seas un oidor de la palabra, pero un hacedor de la palabra. (Santiago 1:22)
AHORA HABLA CON DIOS
Aquí es donde transformas tus pensamientos en oración. Podría ser una oración de gratitud o alabanza. Podría ser una oración de confesión o una petición de ayuda de Dios. Tu decides. Tómate un minuto para escribir una oración de respuesta a lo que Dios te dijo.